'íNunca más!' fue el eslogan esgrimido en 1945 contra los nazis para sancionar los crímenes contra la humanidad. Sin embargo, desde entonces, masacres y genocidios no han cesado. Ni el perdón ni el talión son alternativas humanistas para corregir y prevenir la barbarie; lejos de hacer mejores a los hombres, los limita a dos opciones: la compasión o la fatalidad.
Vivimos en un mundo donde el poder reclama más desorden para imponer su protección mañosa y más inhumanidad para dar brillo a la mentira humanitaria. ¿Qué puede significar la justicia en un mundo así? A la vez necesarias e insuficientes, las instituciones judiciales no pueden ser sino el punto de partida de una lucha más amplia contra la barbarie universal.
Raoul Vaneigem nació en Lessines, Bélgica, el 21 de marzo de 1934. Es un escritor y filósofo belga. Después de estudiar filología románica en la Université Libre de Bruxelles (Universidad Libre de Bruselas) desde 1952 a 1956, participó en la Internacional Situacionista desde 1961 a 1970.
Vaneigem y Guy Debord fueron los dos principales teóricos del movimiento situacionista. Aunque Debord era el pensador más disciplinado, fueron las consignas de Vaneigem las que frecuentemente se veían pintadas en las paredes de París durante el Mayo Francés de 1968. Su libro más famoso, y a la vez el que contiene las famosas consignas, es La revolución de todos los días (en francés, el título era más elaborado: Traité de savoir-vivre à l'usage des jeunes générations).