Se trata de un ambicioso proyecto que reúne en más de 500 páginas un recorte iconográfico de la historia del país en formato libro. Su cuerpo principal no esta foliado del 1 al 400, sino del 1810 al 2010. Cada doble página confronta dos imágenes de archivo emblemáticas de su época.
De acuerdo a los responsables de este magnífico volumen dedicado en su página siete a Jorge Luis Borges "cuatrocientas imágenes dicen más que cuatrocientas mil palabras". Es por eso que se pusieron como principal objetivo el plasmar en un libro los 200 años de historia argentina eligiendo las fotos más significativas de los dos hechos más destacados de cada año. "Cada año quedó así, `jibarizado´ a dos representaciones gráficas, una dualidad inevitablemente contrastante para representar lo que somos, al menos en nuestra hipótesis: un país de contrastes", escribe en el editor del libro Guido Indij.
Para poder hacer ese recorte de la historia a partir de dos imágenes significativas de cada año, los editores partieron de una ardua preselección que realizaron durante dieciocho meses con más de dos mil imágenes. "Estamos proponiendo una experiencia inédita y dinámica para navegar la historia argentina al ritmo de los `nativos digitales´ en lo que será un nuevo y novedoso abordaje de la conciencia histórica a través de las imágenes", aseguran.
En el prólogo de la obra, escrito por el sociólogo y ensayista Horacio González -actual director de la Biblioteca Nacional-, se invita a los lectores a imaginar a viajar en el tiempo: " 200 nos permite saltar de una fotografía en otra, casi con cauta desesperación. Como en un montaje extraviado, pero no sin los hilos de una ironía que toda memoria nacional contiene. La ironía es el tiempo mismo en su mero transcurrir".
Y describe la fotografía que cierra el libro, el excepcional dibujo de Arturo Eusebi que publicó la revista PBT en la época del primer Centenario de la patria. "La imaginación sobre el futuro tiene el lastre inevitable del presente en el que está concebida. Todo presente gravita pesadamente aun en el interior de las felices quimeras que imaginan tiempos venideros. Mejor entonces mirar en el pasado la potencialidad de todo lo que ya sabemos de los días que corren", cierra González. .