La Marca Editora

Cucarachas y taxistas

La novela de Carlos Busqued sobre el asesino de los taxistas, un libro sobre Kafka con ilustraciones de Robert Crumb y una relectura de Taxi Driver.

Kafka, de David Zane Mairowitz con ilustraciones de Robert Crumb (La Marca editora)

“Reprimir el temor hacia los demás y volverlo contra sí mismo”. Con esa sentencia, el escritor y académico británico David Zane Mairowitz sintetiza el espíritu de la obra de Franz Kafka. En este libro, reeditado recientemente bajo una encuadernación de lujo, se exploran las diferentes aristas de un escritor maldito y encasillado hasta el hartazgo.

El adjetivo “kafkiano” ha cobrado un peso propio para referirse a historias fantásticas inverosímiles, como en su novela corta La metamorfosis o a procesos burocráticos abrumadores, como los que relata en su novela El proceso. Su obra literaria (rescatada por su amigo Max Brod al desobedecer su orden de quemar sus manuscritos) se entrelaza con su vida personal, sus pensamientos, sus desventuras amorosas y el peso abrumador de su padre. Todo acompañado por las ilustraciones y viñetas del maravilloso Robert Crumb, con su inconfundible estilo sórdido y emblema del comic underground norteamericano.

El libro funciona como una puerta de entrada a un universo literario relacionado con corrientes ideológicas como el existencialismo, o artísticas, como el expresionismo. Narrado en orden cronológico, comienza disgregando la variada identidad cultural de Kafka: judío nacido en la región de Bohemia, Praga, en aquel entonces parte del imperio de los Habsburgo e identificado fuertemente con la cultura alemana. Tanto es así que siempre escribió en ese idioma y, por este motivo, no tuvo demasiada aceptación en su ciudad natal.

Leyendas fantásticas de aquel entonces, como la del Golem del rabino Loew o el misticismo de los Jasídicos, podrían haber influído al joven Kafka a desarrollar historias fantásticas como La metamorfosis, quizás su relato más famoso, llevado a la historieta de manera magistral por Crumb, recreando la inquietante transformación y las penurias de Gregor Samsa. Para el autor, este relato también se inspira en la incomodidad que sentía el escritor praguense con su propio cuerpo (se veía así mismo como un tipo desgarbado, desinteresado del sexo) y su fantasía de convertirse en un bicho que se arrastra y se escabulle. Dice Mairowitz: “Lo más importante en esta gran fábula no es el sufrimiento de Gregor, sino el que él causa, sin advertirlo, a sus padres y a su hermana: y esto refleja los propios sentimientos de insuficiencia que Kafka sentía con respecto a su familia”.

El humor, la ironía y hasta incluso la auto-humillación, son características de la obra de Kafka, que Zane Mairowitz relaciona con la discriminación y el antisemitismo sufrido por la comunidad judía en aquel entonces. El pensamiento sionista también influyó en Kafka, que llegó a fantasear en más de un momento de su vida con un escape a Palestina para rehacer su vida.

Quizás el relato que mejor ilustra su relación con su padre sea “La condena”, también transmutado en viñetas por Crumb, que cuenta la historia de un joven comerciante que vive con su padre anciano y este lo condena a suicidarse. Kafka vivió con sus padres casi toda su vida y este fue un tirano que lo hostigó siempre. Todos sus pesares los volcó en su célebre “Carta al padre”.

Su trabajo en una compañía de seguros fue una influencia para su novela El proceso, donde despliega todas sus pesadillas en torno a la moral, la justicia y el orden social. En El castillo, se despliegan sus obsesiones en torno a las mujeres, que en su vida cotidiana fueron fuertemente epistolares. En el libro se cuenta, y se ilustra, sus temores, obsesiones y hasta desprecio a las mujeres que amó, volcados en cientos de miles de cartas escritas a sus amantes, muchas de ellas muy menores a él. Por este motivo, sus personajes principales solían ser hombres y solían ser alter egos suyos (K, Joseph K.). Aquí se podría hacer un paralelismo con otro gran escritor muy influído por Kafka y que también evidenció dificultades para construir voces literarias femeninas potentes: Jorge Luis Borges.

Kafka funciona como una puerta de entrada al universo literario de uno de los más grandes escritores del siglo XX. Estos textos breves conforman un ensamble a medio camino entre la novela gráfica y la biografía ilustrada, por medio del estilo crudo y realista de Crumb. Aunque a veces se confundan la figura de autor, persona y narrador, esta peculiar biografía en viñetas aporta un poco más de luz sobre una obra que, en palabras de Zane Mairowitz, “en nuestra época, adquiere proporciones casi míticas, irrevocablemente ligado a fantasías de condena y tenebrosidad”.

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