El artista visual Marcelo Brodsky, creador junto al escritor mexicano Ilan Stavans de la fotonovela "Once 9:53", presenta la muestra homónima en el Centro Cultural Rojas donde relata -desde una ficción arriesgada- situaciones barriales horas antes de que tuviera lugar el atentado a la AMIA, en 1994.
Once 9:53 -fotonovela publicada bajo el sello La Marca editora- y que en estos días se traslada a las paredes del Rojas tiene varios elementos visuales y ficcionales que plantean la falta de justicia frente al mayor atentado terrorista en Argentina, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos.
Desde el agitprop -una categoría que promueve al arte como dinamizador de discusiones públicas- este proyecto realiza cuestionamientos sobre este tema aún no resuelto y retoma en forma de viñetas pequeños episodios cotidianos, enmarcadas en la jornada del atentado.
Brodsky, fotógrafo y miembro del Comité de Gestión del Parque Nacional de la Memoria, sostuvo en diálogo con Télam que en su obra hay una mezcla entre la realidad y la ficción. Es un lugar intermedio donde uno no sabe dónde pararse y que lleva a la reflexión.
El libro, devenido en muestra, se presenta en un género clásico de los 60: la fotonovela, una mezcla de cómic con televisión. "Aunque es un género `bastardeado` -opina el creador- `Once 9:53` retoma el renacimiento actual de la novela gráfica -sobre todo en Estados Unidos- que incorpora imágenes a la narrativa clásica y promueve "una lectura más rápida".
Una mañana de 1994, un fotógrafo sale a retratar el Once y los hechos que lo rodean son señales a partir de las cuales terminará envuelto, sin quererlo, en lo que fue el atentado terrorista que voló el edificio de la Asociación Mutual Judía Argentina.
Junto al escritor Stavans, Brodsky, autor también de Buena memoria -sobre alumnos desaparecidos del Colegio Nacional Buenos Aires-, decidieron hacer una fotonovela relacionada con el atentado pero con un enfoque sobre un día en la vida del Once.
Brodsky trabajó dos ejes que en la fotonovela se vieron indefectiblemente unidos: "Por un lado, aquellas cosas que me han afectado de forma directa personal, política y emocional de la historia del país, por otro una experimentación en torno al medio fotográfico como lenguaje.
El Once como barrio atrae visualmente -sobre todo en los últimos tiempos- a fotógrafos y cineastas. El atentado a la AMIA fue uno de los primeros en el mundo y lo leo como una acción contra la sociedad y contra el mismo barrio, que es una expresión cosmopolita en la que confluye toda la Argentina, señala Brodsky.
La memoria y su representación se convirtieron en temas centrales del arte contemporáneo. Para Máximo Jacoby, curador de la exposición, en este caso el tratamiento sobre el atentando se ve desde "una ficción arriesgada, un rol que sólo tiene el arte". Hay tantas dudas y teorías sobre el hecho. Entonces ¿por qué no poner al espectador en otro lugar para que ejerza sus propias preguntas?, interroga.
Para Jacoby, en este proyecto hay mucho riesgo ético y artístico que ponen en revisión y en diálogo público lo que pasó.
El arte genera que el público pueda ver una historia de amor o un policial negro en el marco de un atentado que sigue hasta el día de hoy siendo muy complejo de abordar, sostiene.
Brodsky vio el elemento ficcional como una instancia para introducir elementos de duda. En los últimos años, en materia Derechos Humanos -dice el fotógrafo- hemos tenido mucho éxito: los militares están siendo juzgados por su crímenes y, además, que se pueda hablar de lo que pasó, es liberador".
Como forma de conseguir algunas respuestas y de seguir poniendo sobre el tapete lo que sucedió, los organizadores realizarán el 24 de mayo a las 11.30 una caminata por el barrio (saliendo desde el Rojas) y una charla abierta en la rotisería OLAM (que aparece en el libro) con los abogados de la causa, representantes de Memoria Activa, escritores y artistas.
El arte no tiene la intención de responder a los problemas.
La fotonovela pretende plantear la falta de justicia, el hecho de que no haya responsables, ni juzgados, concluye el fotógrafo.
La muestra estará abierta hasta el 11 de junio, de lunes a sábados de 9 a 22, con entrada libre y gratuita en Corrientes 2038.
Luego seguirá su camino por el Museo de Memoria de Rosario que inaugurará en 16 de julio para continuar por espacios públicos de Nueva York y Massachusetts, en Estados Unidos.
Fuente: Telam