En el ámbito crítico, junto a Horacio Guido, Maite compiló un libro clave: Incluso los niños. Apuntes para una estética de la infancia, donde se aborda la niñez en toda su complejidad a partir de fragmentos de obras de Tournier, Barthes, Benjamin, Bettelheim, entre otros, como si se tratara de los subrayados de su biblioteca. Le importaba dejar en claro que la literatura infantil no era un género “menor” o apartado de la literatura “para adultos” en función de la especificidad de su destinatario, sino que la buena literatura es aquella que incluso los niños pueden leer, considerando lo “infantil” como destino y no como origen. Con otros colegas participó del grupo Anaconda, dedicado al estudio de la literatura infantil latinoamericana en la Facultad de Filosofía y Letras.