Es aquí donde la fotografía se muestra en toda su plenitud comotraza de un real, marcada por su inscripción referencial, por su carácter indicial (3). La naturaleza técnica del procedimiento, que imprime sobre una placa sensible su inscripción y ese “corte” o “interrupción” entran en sintonía con las codificaciones ideológicas, con las implicancias ético-estéticas, que a esa “falla” se pueden atribuir. La experiencia de Ana, al igual que la de Aline, está teñida de extrañamiento: “Me sorprendió mi foto porque muestra un matiz de mi personalidad que siempre oculto: la melancolía. La mirada refleja mucho de la forma en la que me buscaba: entre angustiada y perdida. Con la boina estoy más desafiante y es, a la vez, la que más me identifica porque a veces sobrepongo el desafío a cualquier estado de ánimo (en D´Amico, 1984: 9).
3. En este punto es pertinente hacer referencia a las teorías que abordan a la fotografía ligada al orden del índex (representación por contigüidad física del signo con su referente) que ponen énfasis en la pregnancia de lo real en la imagen fotográfica, pero alejadas ya de la preocupación por el analogismo mimético. Roland Barthes en La cámara lúcida (1980) o Charles S. Peirce en Collected Papers (1931 a 1958) son algunos de los teóricos que revaloriza Philippe Dubois para volver a pensar una posición epistemológica en la fotografía que problematiza el medium mismo como una práctica inseparable de su lazo referencial. Véase: Philippe Dubois, [1980] 2008. El acto fotográfico y otros ensayos. Buenos Aires, La Marca Editora: 43-52.