Los grafitis, esa pura rebeldía en las paredes

Por Damián Cotarelo

Escritos es la calle es el título de un nuevo libro colectivo que recopila los mejores grafitis que se pueden ver y leer a lo largo de nuestro país.

Esta muy bonita propuesta ilustrada surge a instancia y como consecuencia del éxito de la plataforma digital GRaFiTi, una iniciativa colaborativa en la que cualquiera puede subir imágenes del resultado de esta práctica nacida a finales de los sesenta en la ciudad de Nueva York, cuando los adolescentes empezaron a escribir sus nombres en las paredes de sus barrios.

Irreverente y atrevida este conjunto de expresiones callejeras, incluso hasta las más racionales, “son siempre el resultado de un apasionamiento, un furor que necesita ser dicho o mostrado a todos. Con firma o desde el anonimato, es la voluntad incontenible de expresar o comunicarse, muchas veces corriendo el riesgo de ser sorprendido infraganti, con la pintura fresca. Y esa adrenalina es un elemento no menor en estas prácticas”, se explica desde el prólogo.

Con excelentes fotografías que los retratan en su plenitud, con sus colores, texturas y símbolos, la obra comienza recorriendo las inscripciones dedicadas al amor y a la música. Así, la galería muestra como alguien escribió en el barrio de Tolosa, La Plata, “Si vas a dejar de sonreír que sea para besarme”, o en Quilmes, “En el amor y en la cama todo vale!”. Por su parte, en las orientadas al campo de las melodías se advierte una fuerte ligazón a la cultura rockera, con homenajes a músicos y letras  como Soda Stereo, Luis Alberto Spinetta, Lou Reed o David Bowie, entre otros.

Iniciando cada capítulo con una introducción, que además de oficiar como presentación funciona como un ensayo sobre el fenómeno, desde el trabajo lanzado por la marca editora se señalan cuestiones como ésta:

“Un caso llamativo se da cuando los grafittis inconclusos o se terminan a posteriori. Sea porque hubo que escapar, se terminó la pintura, o la frase no cabía en el espacio elegido, se leen grafitis con una palabra o sílaba de menos, que invitan a completar el sentido. A veces las mismas personas vuelven a finalizar su obra, y se notan dos momentos de pintura; y en ocasiones otras manos escriben lo que faltaba o cambian el sentido. Es lo que ocurre con muchas tachaduras, enmiendas, sustituciones o agregados”.

La cuidada edición impresa en Hong Kong, China, que se presenta bilingüe (castellano-ingles), también recoge textos dedicados a la política. Y allí es inevitable la aparición de la famosa y tan de moda “grieta”, con algunos que atacan a las principales personalidades del último tiempo y van desde “Fuer(z)a Néstor y Cristina” (con la z tachada, emulando un falso aliento y escondiendo otra intención), o “Gorda, si hablo bien de Macri, matame!”; hasta otros bastante más temerarios que, por ejemplo, rezan: “Gane quien gane pierde la gente. No votes”, y “¿Elecciones? No, gracias”.

 Por último, el viaje que siempre proporciona la ubicación exacta de cada una de las pintadas culmina exhibiendo los clásicos emanados de la pasión única e inigualable que desata el futbol, y aquellos vinculados al pensamiento que, según se señala, agrupan y expresan “intuiciones, reflexiones, dudas, epifanías... formas condensadas de percibir, pensar o imaginar el mundo”.

Un material que rescata parte de esta subcultura popular tan característica de las grandes ciudades y que, como sus responsables afirman, homenajea “a todas las personas que salen a escribir y pintar en la calle, las que se frenan a mirar, [y ] las que registran ese encuentro casual y fugaz con la obra”.

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