Marcelo Brodsky se formó como fotógrafo durante su exilio en Barcelona, en los 80 junto al fotógrafo catalán Manel Esclusa.
En el año 1997 edita y expone por primera vez el ensayo fotográfico Buena Memoria que recoge la evolución personal y colectiva de un curso de alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, marcado por la desaparición de dos de sus miembros a manos del terrorismo de estado.