"Soy medio dibujador de biografías”, dice Miguel Rep, en diálogo con PERFIL. Es cierto. Evita, Maradona, Cortázar (en clave “rayuelística”), Messi, Maradona y algunos otros miembros del panteón cultural nacional e internacional fueron retratados por el inconfundible trazo del dibujante, que ahora ilustró un libro sobre Jorge Luis Borges que escribió Verónica Abdala. En una operación que se propone desacralizar a una figura indisoluble de la literatura nacional, la periodista cultural y el dibujante ponen en circulación a un autor del cual nunca está de más hablar.
Rep es un sinónimo de constancia: publica sus tiras en Página/12 desde el primer número y cada vez que aparece un libro ilustrado por su “trazo grotesco”, como lo describe él mismo, es recomendable prestar atención, para ver qué figuración, desfiguración o interpretación del mundo puede hallarse en esas páginas. La elección de los tópicos de sus libros parece desafiante: casi siempre son figuras canónicas, como las enumeradas anteriormente, pero podrían agregarse otras efigies que encaró con originalidad, al punto de aportar al rico imaginario que rodea a los Beatles, al Quijote, al peronismo, Charles Bukowski o la Divina Comedia, por aumentar la lista sin completarla. Y, sin mucho anuncio, salió esta biografía de Jorge Luis Borges ilustrada, enmarcada en la colección Dúo, que marida las producciones de “un escritor y un artista” con una tónica más bien lúdica. Visitada y revisitada por la crítica, la obra de Borges suele presentar dos tipos de lectores: por un lado, los apasionados y entusiastas de sus tópicos, que van de los laberintos a la misma literatura, pasando por la historia, las dagas o los tigres. Pero también están quienes se admiten desorientados, ajenos o superados. La tarea de acercar, de divulgar, de alentar al público lector, implica también un rol pedagógico. Y, por cierto, dentro de la variedad de géneros que abordó Borges, el tópico de su propia persona ha permeado bastante en la cultura popular. Ese Borges preguntándose si es él mismo o “el otro” quien escribe y quien se encuentra con sí mismo sugiere un juego literario y un dilema filosófico que sigue convocando. “El tópico preferido de Borges era Borges, y exactamente ese tópico me gusta dibujar, más que los laberintos o tigres o dagas”, describe Rep.
—¿Cómo surgió el proyecto?
—Me lo propusieron, y como yo venía de hacer un gran mural sobre su figura en Mar del Plata, agarré con fervor.
—¿Qué significa Borges para vos?
—Para mí, Borges es el summum de la belleza del leer. Borges es el mejor lector, y uno quiere ser cada vez mejor lector. De Borges y de lo que él leyó.
—¿Fue difícil dibujarlo?
—Es hermoso dibujarlo, lo tengo en la mano, lo llevo como un sexto dedo, lo puedo dibujar, en fin, a ciegas, lo dibujo etéreo, frágil, cronopio, acuoso, distraído, jodido, burlón, sabio, casi un bebé.
—¿Cuánto cambia el proceso a la hora de pensar un libro, respecto de la producción diaria?
—Yo me siento a hacer un libro como una isla del trabajo diario. Sé que siempre tendré esa isla, solo o acompañado.
—Son relativamente conocidos los tópicos favoritos que Borges investigó en su literatura. ¿Cuál es tu Borges?
—Mi Borges es el Borges humorista, el escritor, el lector.
—Con “Evita, nacida para molestar” hubo celebración, ya que ante todo es un libro hecho con amor, pero también amenazas. ¿Sentís que “Borges. Una vida ilustrada” va a molestar también?
—Yo no lo dibujé para molestar. Ese sería otro libro. Este es en sociedad con Verónica Abdala. Pero sí, Jorge Luis Borges nació para molestar.
—¿En tiempos más difíciles es más difícil reírse?
—Siempre son tiempos difíciles, y siempre son tiempos para reír. La vida es drama y humor.
—La ilustración pareciera ser un canal fundamental para la risa: ¿cómo puede ser que una caricatura nos haga reír tanto, o que inclusive nos emocione?
—Yo no sé lo que es el humor, pero sé que tengo un dibujo de línea grotesca desde que nací. Y eso quiere decir que no acepto el realismo del mundo tal cual es. Mi tarea es el expresionismo, la paradoja, y ver si, de vez en cuando, me sale un dibujo bueno.