Pron establece un paralelo entre el Conejo Blanco de "Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas" y la sociedad actual, caracterizada por la urgencia, la ansiedad y una palpable falta de audacia. Este personaje literario, obsesionado con el tiempo y siempre apresurado, se convierte en un símbolo perfecto de nuestra época, marcada por la prisa constante y la superficialidad. Pron utiliza esta analogía para explorar cómo la velocidad ha dejado su huella en diversos aspectos de la vida moderna, desde los movimientos migratorios del campo a la ciudad hasta la formación de un nuevo proletariado urbano y la creciente desigualdad social.
Uno de los ejes centrales del ensayo es la relación entre la velocidad y la lectura. Pron argumenta que, aunque la tecnología nos ha brindado acceso a una cantidad sin precedentes de información, también ha fomentado una cultura de consumo rápido que amenaza con desvirtuar la esencia misma de la literatura. En un mundo donde prevalece la obsesión por lo instantáneo, la literatura se erige, según Pron, como un refugio de resistencia. La lectura pausada y reflexiva contrasta con la vorágine de la vida moderna, ofreciendo un espacio para la introspección y la profundización que la velocidad digital tiende a eclipsar.
El ensayo también propone una revalorización del tiempo y la profundidad. Pron sugiere que redescubrir la literatura, de la mano de la curiosidad y el asombro que caracterizan a Alicia, puede ser una vía para contrarrestar la exigencia del "más rápido, para más personas". Este redescubrimiento no solo implica una vuelta a los clásicos literarios, sino también una invitación a vivir de manera más consciente y deliberada, reconociendo el valor intrínseco del tiempo bien empleado.
No, no pienses en un conejo blanco es más que un análisis sobre la aceleración en la sociedad contemporánea; es un manifiesto que aboga por una vida más plena y consciente. Pron nos insta a detenernos, a reflexionar y a desafiar las narrativas dominantes de nuestra época. Nos invita a considerar cómo la prisa ha influido en nuestras relaciones, en nuestra capacidad de empatía y en nuestra comprensión del mundo que nos rodea.
Con una visión coherente y bien articulada, Patricio Pron nos invita a reflexionar sobre quiénes somos y cómo podemos relacionarnos de manera más profunda y significativa con nuestro entorno. En un mundo dominado por la urgencia y la superficialidad, No, no pienses en un conejo blanco se erige como un llamado a la resistencia literaria, a la lentitud consciente y a la profundidad reflexiva.