Marcelo Brodsky, artista y activista de los derechos humanos, trabaja con imágenes y documentos de eventos específico para investigar ampliamente los problemas y acciones sociales, políticos e históricos. Quiere que los espectadores sean conscientes de momentos históricos, algunos de los cuales lo formaron a él, a su familia y a muchos de sus amigos. Más específicamente, y como muchos de los de su generación en Argentina, Brodsky fue atacado durante la dictadura militar, que durante siete años de reinado del terror, fue responsable de la tortura y muerte de entre 10.000 y 30.000 argentinos, incluyendo al propio hermano menor del artista, Fernando. Brodsky escapa de la mano de los militares y vive en el exilio hasta que la dictadura finaliza en 1983. Aunque que las experiencias personales instigan y dan forma a sus impulsos artísticos, educar al público con la esperanza de prevenir a otros de tal terror, es su motivación más fuerte.
Para hacer que los momentos elegidos y sus consecuencias sean accesibles al espectador, Brodsky se acerca al material de diversas maneras. Constantemente su arte nos muestra un profundo entendimiento del potencial poder de las fotografías, tanto al momento de su creación como noticias y, para algunos, su vida subsecuente en publicaciones y memorias. Por décadas, Brodsky fue dueño y director de una agencia de fotografías en Latinoamérica. Su éxito dependió en parte de su conciencia sobre qué fotografías atraerían a un mayor público internacional. Él también comprende cómo utilizar las secuencias de imágenes, ya que la percepción de una simple imagen cambia cuando es emparentada o secuenciada con otras. También entiende y emplea textos en concierto con las imágenes para dirigir las percepciones del espectador, incluso cuando las palabras son aparentemente neutrales. Apasionado y determinado, Brodsky no tiene intenciones de ser neutral.
En 1968, el fuego de las ideas Brodsky nuevamente muestra estudiantes y liga eventos en Argentina con aquellos que sucedían en el mundo, en la turbulencia social a finales de los sesentas.
Los manifestantes estadounidenses participaron de la Marcha de los Pobres en Washington, concebida por Martin Luther King unos meses antes de su asesinato; manifestantes en Londres en contra de la Guerra de Vietnam. En Bogotá, México, Córdoba, Río de Janeiro y San Pablo, trabajadores y estudiantes hacían campaña en contra de los regímenes militares y otros tipos de estructuras gubernamentales. Son mostrados con los brazos unidos, flameando banderas y pancartas, promoviendo acciones callejeras masivas para reclamar por sus derechos. La pieza también incluye extractos de discursos de Martin Luther King, el Che Guevara, Daniel Cohn Bendir, Herbert Marcuse y Agustín Tosco, quienes con sus ideales motivaron a la mayoría de los manifestantes.
Una pancarta en la manifestación Parisina que se muestra, incluye un grito de “L’imagination au pouvoir” (la imaginación al poder). Más que un llamado a “decir la verdad en el poder” que sonaba en otras manifestaciones de la era, los Parisinos pedían por el final de todos los límites, incluso en la imaginación.
Brodsky es más práctico. No pretende liberar a la imaginación de toda restricción, sino potenciarla, utilizándola contra el poder corrupto y brutal. Tanto si nos invita a aprender y no olvidar las atrocidades del pasado, a honrar a los líderes justos o, como en su más reciente campaña, a mantener la presión en las autoridades para resolver y procesar los más recientes asesinatos en masa impunes. La causa actual es en favor de 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, México, que desaparecieron el 26 de septiembre de 2014. Para este proyecto, Brodsky retoma el motivo de la foto de la clase, pidiéndole a estudiantes alrededor del mundo que posen en gradas sosteniendo un cartel demostrando su apoyo a la “verdad” que concierne a los estudiantes muertos o encarcelados. Él quiere a los estudiantes conscientes, tanto de los problemas como de su capacidad de protestar, y a partir de esto se ha organizado una exhibición y un libro de sus fotografías para mantener vivo el problema.
Anne Tucker
Marcelo Brodsky (1954) inició su formación fotográfica en Barcelona, a comienzos de los ochenta. Fueron sus principales maestros el fotógrafo catalán Manuel Esclusa y el equipo del Centro Internacional de Fotografía, una escuela de las Ramblas en la que se concentraba la movida fotográfica de la ciudad.
En la Argentina, expuso su serie Palabras en el Fotoespacio del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires y en diversas galerías del interior del país. También participó de muestras colectivas en Brasil, España y Francia. Su serie Aperturas fue exhibida en el Instituto de Cooperación Iberoamericana de Buenos Aires y forma parte de la colección fotográfica de la Bibliothèque Nationale, París.